ECHÓ A PERDER LA VIDA DE INOCENTES CRIATURAS. Raymond Daniel Morales se mudaba de ciudad en ciudad en EEUU para seguir ‘dándose placer’

• Crónica: Lo condenaron a cadena perpetua
• Nunca se arrepintió de andar mal
• El latino es un abusador habitual

Raymond Daniel Morales, de 42 años, resultó ser un abusador infantil empedernido y de la peor clase.

Hace un par de décadas lo cacharon la primera ocasión abusando de dos menores de edad y fue a parar muchos años a prisión, pero no aprendió la lección.

Al salir de la cárcel, se calmó por un tiempo, y justo cuando todos a su alrededor creían que por fin ya se había enmendado, volvió a dar otro golpe.

Eso sí, ahora no le fue tan bien como la vez anterior y la justicia estadounidense literalmente le dejó caer todo el peso de la ley.

Se mudó para volver hacer de las suyas

La primera vez que Morales mostró sus garras fue en 2002, en Michigan, cuando ultrajó sexualmente de una niña de 15 años y un niño de apenas 7 añitos.

Al verse acorralado, el latino decidió cooperar con las autoridades estatales y se declaró culpable, gracias a lo cual recuperó su libertad en poco tiempo.

Tras volver a las calles, sintió que todos sus allegados lo veían raro y con desconfianza, por lo cual decidió irse a buscar nuevos horizontes.

Se mudó para Georgia, un estado prometedor y creciente. Sabía que acá podía comenzar una nueva vida donde nadie supiera lo malo que era en el fondo.

Evidentemente nunca cambió su mal estilo de vida

Pero en lugar de luchar por ser un buen ciudadano y no cometer las mismas brutalidades de antes, a Raymond se le hizo más fácil seguir con lo mismo.

La semana pasada fue condenado por un tribunal del condado de Hall a purgar cadena perpetua.

Le dieron prisión de por vida por haber abusado a otra pequeña e inocente criatura.

Un jurado de esa localidad lo encontró culpable de violación y sodomía agravada, entre otros cargos graves.

Sin derecho a volver a salir libre

El fiscal de Distrito, Lee Darragh, fue capaz de comprobar en la corte que el imputado abusó de la menor durante un lapso de dos largos años.

Comenzó a ultrajarla cuando la niña 8 años y continuó hasta los 10. Resulta que Morales se logró ganar la confianza de la mamá de la víctima para meterse en su hogar.

Cada vez que se quedaba solo con ella, la tomaba como si fuera su mujer. Qué bueno que nunca más volverá hacerle lo mismo a nadie.

No se merecía un castigo menor que la cadena perpetua sin derecho a libertad condicional. Gracias por haber leído mi crónica de hoy en MundoNow. Hasta la próxima.